miércoles, 10 de junio de 2009

El vídeo en el aula

El vídeo en el aula no puede funcionar en el vacío sino en un contexto. Desgraciadamente está mal utilizado, probablemente por la falta de formación en el profesorado. O porque la formación se limita con frecuencia a la dimensión tecnológica; falta formación en lo audiovisual como forma diferenciada de procesamiento de las informaciones y, en consecuencia, como posibilidad didáctica específica.

Falta también un proyecto. Con frecuencia la incorporación del vídeo se hace con improvisación, sin un plan racional previamente establecido. Y se hace más por presión social que para dar respuesta a unas necesidades contrastadas. El proyecto de integración debería incluir, además de la formación del profesorado y de la adquisición de equipos y de material de paso, la creación de la figura del responsable de la comunicación audiovisual, una persona encargada de impulsar y dinamizar el audiovisual educativo en el centro, un responsable con una formación específica, entendido sobre todo no como técnico o como reparador de equipos, sino como pedagogo especializado en la expresión y en la didáctica audiovisuales.

En cualquier caso, la formación es imprescindible porque el vídeo no es una tecnología milagrosa. Un mal programa será tan ineficaz como un mal profesor. Lo importante es la manera como se procesan las informaciones y el uso didáctico que se hace de él. A partir de estas premisas, cabe plantearse una serie de posibilidades diferenciadas en la integración del vídeo en el aula, porque puede potenciarse la eficacia del vídeo en el aula diversificando su uso, siempre si el profesor usa estrategias para evitar un exceso de información, excesiva duración y complejidad narrativa.

Con frecuencia el uso didáctico del vídeo se limita al uso de vídeos didácticos. Habría que abrir nuevas perspectivas. Pero, aun en el caso del uso de videogramas, se superarán las rutinas si se juega con un doble parámetro diferenciador: diversificando las modalidades de uso y las funciones didácticas. Veamos algunos ejemplos:

La vídeo-lección es un programa en el que se exponen unos contenidos de forma sistematizada y exhaustiva. Sería como una clase magistral, pero dada por el vídeo. La mayoría de los programas didácticos que hay en el mercado son vídeo-lecciones.
Siendo el vídeo una tecnología audio-visual-cinética, las vídeo-lecciones serán especialmente indicadas para la transmisión de contenidos de carácter audio-visual-cinético. En estos casos ningún buen profesor podrá ser más eficaz que una buena vídeo-lección.
Las vídeo-lecciones serán didácticamente eficaces si se utilizan con una función informativa, para transmitir informaciones que precisan ser oídas y/o visualizadas. Pueden usarse igualmente como refuerzo de la explicación previa del profesor. Pero pueden emplearse también con una función evaluativa; basta eliminar la banda sonora; en este caso los alumnos deberán dar nombre a lo que van viendo, prever las consecuencias de un proceso o descubrir las causas de una situación. O con una función investigadora; bastará darles un cuestionado antes del visionado, con la intención de que extraigan del programa las informaciones pertinentes.

El programa motivador es un programa destinado fundamentalmente a suscitar un trabajo posterior al visionado. Más que exponer unos contenidos, el videograma motivador provoca, interpela, cuestiona, suscita el interés. Si la vídeo-lección trabaja con la pedagogía del durante (el aprendizaje se hace básicamente durante el visionado), el programa motivador trabaja con la pedagogía del después (el aprendizaje se realiza sobre todo después del visionado, pero gracias al interés suscitado por el programa).

Un buen programa motivador tiene dos ventajas: garantiza la motivación (sin motivación no hay aprendizaje) y se inserta en el marco de una pedagogía activa.

El vídeo-apoyo es un conjunto de imágenes que sirven para ilustrar el discurso verbal del profesor. Sería el equivalente a las diapositivas de apoyo, pero en el caso del vídeo-apoyo se trabaja con imágenes en movimiento. Es especialmente indicado para sacar provecho de las vídeo-lecciones inadecuadas; por ejemplo, porque son excesivamente discursivas, porque tienen un exceso de lenguaje verbal o porque este lenguaje no se adecua a las imágenes o al nivel de comprensión de los alumnos.
El vídeo-apoyo no aprovecha las posibilidades expresivas del lenguaje audiovisual; de hecho, asume su condición de lenguaje verbal ilustrado con imágenes. Pero tiene algunas ventajas: permite adaptar el discurso del profesor al nivel de comprensión de los alumnos o a su situación en un momento dado; mediante su uso puede suscitarse la participación de los alumnos durante el visionado; puede ponerse directamente en manos de los alumnos, para que ilustren su propia exposición oral... Por otra parte, el vídeo-apoyo puede emplearse también cumpliendo diversas funciones didácticas: con una función informativa, motivadora, evaluativa o investigadora.

• Vídeo-lección, programa motivador y vídeo-apoyo son, los tres, posibilidades válidas y potencialmente eficaces, pero cada uno resultará más adecuado para unos contenidos específicos o para un momento concreto del proceso de enseñanza-aprendizaje. Y, en cualquier caso, el predominio de uno de ellos pondrá de manifiesto la tendencia pedagógica de un centro escolar.
Un proyecto de integración del vídeo en el aula no debería olvidar la dimensión de la pedagogía de la imagen, es decir, la educación de los alumnos para una utilización humana, reflexiva y crítica, de los medios de masas audiovisuales. En las sociedades industrializadas ver televisión se ha convertido en la actividad a la que más tiempo dedican los estudiantes, después de dormir (teniendo en cuenta las vacaciones y los fines de semana). En este contexto, una escuela que no enseña a ver televisión ¿para qué mundo prepara?

La tecnología del vídeo es sumamente funcional para este tipo de enseñanza. El vídeo permite analizar a fondo los recursos formales de secuencias de films o de series, los mecanismos de persuasión utilizados en los spots publicitarios, el planteamiento utilizado en los informativos... También en este caso el hecho de poder repetir cuantas veces sea preciso, de poder congelar las imágenes, de poder modificar su cadencia paso, de poder suprimir la banda sonora... facilita enormemente este aprendizaje. Como lo facilita la experimentación de la expresión audiovisual mediante la utilización de la cámara.

Lo ideal es que la educación en los medios de masas se realice en el aula de una manera interdisciplinar. Al cine, a la televisión o a la publicidad cabe acercarse tanto desde el área de lengua como desde la educación plástica o musical. Desde las ciencias naturales se podrán afrontar cuestiones relativas a la tecnología, y desde las ciencias sociales las cuestiones humanas o éticas.

Los talleres de vídeo

El taller de vídeo es una de las actividades más creativas que pueden realizarse con la tecnología del vídeo. Consiste en poner la tecnología en manos de los alumnos para que se expresen de la manera más creativa posible. Se pretende que los alumnos aprendan, en el campo de lo audiovisual, a interpretar los mensajes y a crear mensajes, del mismo modo que, en el campo del lenguaje, aprenden a un tiempo a leer y a escribir. Y, así como en la lengua no se pretende que sean un Cervantes o un Cela, en lo audiovisual tampoco se trata de que se conviertan en un Hitchcock o un Orson Welles. Se trata de que aprendan a expresarse en un sistema de expresión distinto, de acuerdo con sus posibilidades.

Mediante la cámara los alumnos pueden crear historias o elaborar productos creativos, en la línea del vídeo-arte, que aprovechen las peculiaridades de la imagen electrónica para generar belleza.

Mediante el magnetoscopio, los alumnos pueden reelaborar productos preexistentes; por ejemplo, modificando el sentido de unas imágenes mediante la alteración del orden de los planos, o mediante mezclas creativas; o mediante el cambio de la banda sonora...
Se intentará, en cualquier caso, que aprendan a ser creativos, a romper moldes, que eviten reproducir los discursos tópicos de los medios de masas audiovisuales. Y que, de manera gradual, descubran los mecanismos de producción de sentido y de belleza que rigen en la expresión audiovisual.

Cabe también la posibilidad de plantear el taller de vídeo con un carácter interdisciplinar. En este caso se producirían programas que fueran útiles para otras áreas de la enseñanza. O se producirían con el apoyo de los profesores de otras áreas.

Para saber más

Bibliografía recomendada

Bartolomé, A. R. (1989). Nuevas tecnologías y enseñanza. Barcelona: Graó-ICE de la Universidad de Barcelona.
(Desde una óptica pedagógica, se hace un recorrido por las nuevas tecnologías, desde la informática y el vídeo hasta las telecomunicaciones y los sistemas integrados)
Ferrés, J. (1992). Vídeo y educación. Barcelona: Paidós. (Segunda edición, corregida y aumentada, del libro aparecido en Laia en 1988. Teoría y práctica del vídeo educativo. Reflexión sobre los motivos de su integración y sobre los criterios que deberían regirla. Propuestas para una integración variada y eficaz)
Ferrés, J. (1988). Cómo integrar el vídeo en la escuela. Barcelona: CEAC.
(Incluye abundantes sugerencias de aplicación del vídeo a cada área de la enseñanza, tanto mediante el uso del magnetoscopio como mediante el de la cámara)
Lonergan, J. (1985). El vídeo en la enseñanza de idiomas. León: Academia.
(Interesantes sugerencias para la aplicación del vídeo en el área de idiomas. De utilidad también para profesores de lengua)
Mallas, S. (1985). Vídeo y enseñanza. Barcelona: ICE de la Universidad de Barcelona. (Presentación amplia y competente de los aspectos técnicos y organizativos del vídeo en el aula)
Varis. Colección Vídeo y educación. (Fundación Serveis de Cultura Popular y Alta Fulla, Barcelona. Colección de opúsculos, prácticos y asequibles, sobre las diversas dimensiones que supone la integración del vídeo en la enseñanza, desde el uso de videogramas hasta el de la cámara, el guión, la producción, etc.)

Algunas direcciones de interés

• Fundación Serveis de Cultura Popular (C. Provença 324, 08037 Barcelona, tel. 93-258 30 04). Posee el mayor catálogo de vídeos didácticos y la única colección de libros enteramente dedicada al vídeo educativo.
• Los CAR (Centros de Apoyo y Recursos) en el país Vasco, los Centros de Recursos en Cataluña y los CEP (Centros de Profesores) en el resto de España facilitan programas de vídeo y libros sobre el tema mediante el sistema de préstamo gratuito.
• Cinemedia (Deu i Mata 101-103, 08029 Barcelona, tel. 93-). Ofrece un amplio catálogo de vídeos y películas, procedentes de multinacionales, que cede gratuitamente.
• Subdirección de comercialización y ventas de RTVE (C. Gobelas 35-37, La Florida, 28023 Madrid, tel. 91-581 70 00). Venta de las series educativas y culturales de RTVE.
Otras informaciones
• TVE emite diariamente por su segunda cadena el espacio educativo La aventura del saber. La sección fija del lunes es Cosmos, dedicada a las ciencias; la del martes es Polis, sobre las ciencias sociales. El miércoles se emite Logos, vinculado a la comunicación y lenguajes; el jueves, Europa, sobre tecnología y descubrimientos; y el viernes Ágora, dedicado al debate y al diálogo.
• Se ha creado recientemente APUMA, Asociación de Profesores/as Usuarios de Medios Audiovisuales. Los objetivos son: elevar y actualizar el nivel profesional y pedagógico de los profesores usuarios de medios audiovisuales; impulsar el desarrollo de las investigaciones relativas al uso de los medios audiovisuales en la educación; y servir de nexo entre los profesores para intercambio de ideas y experiencias. Para información dirigirse a APUMA, Raúl Luna Lombardi, C. Peña Iville 7, bajo B, 28031 Madrid.

Bibliografía:

http://www.lmi.ub.es/te/any93/ferres_cp/#anchor778418

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